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Egoismo



“La persona más importante que hay en tu vida eres tú” – Gerardo Schmedling Torres –

Me dijeron que era malo pensar primero en mí. Me dijeron que eso era ser egoísta y eso es malo. Las personas egoístas solo piensan en ellos y son incapaces de dar amor, actuar con empatía, solidaridad ni compasión. De alguna manera, la idea de poner a los otros en primer lugar, quedó sembrada en mí en forma de virtud. Abnegación le llamaron. Además esto me lo dijeron personas con alta influencia en mi vida: papá, mamá, familiares, maestros... La amenaza tácita fue que las personas egoístas se quedan solos porque no tienen corazón y son detestables. Lo escuché tantas veces que se me quedó grabado en mi sistema de creencias.

La principal muestra la tuve en casa. Muchas veces mis padres ante pusieron las necesidades y deseos de sus hijos frente a las propias. Aprendí de su ejemplo que lo correcto era eso.

Hoy, rondando los 50 años, puedo darme cuenta que esta idea engendra sufrimiento ya que, si creo que pensar en mi es ser egoísta entonces dejaré mis deseos, necesidades y creencias en último lugar, entonces dejaré de valorar mis preferencias; al hacerlo dejo de apreciar mi singularidad y debilito mi auto estima y así, eventualmente, llegaré a conformarme con menos de los que merezco.

Al dejar de pensar en mis necesidades dejo de atenderme. Al relegar mis asuntos acumularé retiros en mi cuenta bancaria emocional, rencores en mi corazón contra aquellos que no se sacrifican por mí tanto como yo lo hago por ellos y todo esto al final deriva en malestar e insatisfacción.

Esta mentalidad lleva al sufrimiento, por eso hay que repensar toda creencia que no nos aporta paz interior ni armonía externa.

Quedo con Dios y contigo:

yosoy@gnozin.com

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